10 de febrero de 2016

Everest



La película "Everest" pasó por las carteleras sin mucho más escándalo que el que lleva normalmente cualquier otra producción, y como obra de calidad regular, desapareció pronto. Una pena porque la historia que narra "Everest" es una terrible historia real que podía haber dado mucho jugo en la gran pantalla, y más con ayuda de una buena fotografía.
Pero en lugar de éso, la película resulta un caos de seguir incluso para los que ya conocíamos la historia: demasiados personajes que no son presentados adecuadamente, demasiadas pocas explicaciones sobre la ascensión.. todo hace que la peli se quede en justita incluso contando con escenas (que fueron verídicas) tan potentes como alguna de las que aparecen al final. 

En una palabra; no vale  para nada. Pero lo que sí vale de Everest es que os acerquéis al libro de Jonh Krakauer, "Mal de altura"


 Jon Krakauer  partió hacia el Nepal en 1996 con la intención de escribir un reportaje sobre las creciente explotación comercial del Everest. (Muchos ricos pagan grandes cantidades de dinero para que les lleven a pisar "el lugar más alto del Mundo") Para ello se unió a una de dos expediciones comerciales y el resultado fue una tragedia. El libro es apasionante aunque uno no tenga ni la más idea de montaña ni de alpinismo, se lee hasta el final y no deja a nadie indiferente. (No es en vano un Best-Seller mundial y va por la 82º edición)

Aunque la intención original de Jon fuese denunciar la masificación del Everest, todavía a día de hoy ésta continúa incluso a mayor escala. Los intereses comerciales de India, Nepal y China son muy fuertes y éstos países así como la población local (los conocidos sherpas) sacan muchísimo dinero de las expediciones. Una plaza en una de ellas puede llegar a costar hasta 80000 euros. La afluencia de gente en el Everest es tal que en muchos puntos hay cola para cruzar ciertos pasos, y las bombonas de oxígeno (y también los cadáveres) se acumulan en los puntos más altos e inaccesibles. 




13 de enero de 2016

La Redoute y la reducción de peso

Yo, como la mayor parte de las mujeres, estoy ya más que acostumbrada al canon impuesto por la sociedad, la industria de la moda y qué sé yo más influencias, no suelo saltar cuando veo modelos o escaparates que no están muy cercanas a la realidad.
Pero cuando la cosa se pasa de rosca, pues bueno, pego un bote. Y más tratándose de una marca que llevo siguiendo hace años y que nunca, hasta ahora, había visto maltratar a la figura de la mujer así.

Así que por favor, que una cosa es estar delgada y otra tísica, y si no ponemos un límite a ver a dónde vamos a parar. Exijamos un mínimo de talla y no estas locuras que empujan a cánones no ya bastante imposibles si no encima malsanos.

Estas imágenes son del catálogo de Verano de la Redoute:











Y éstas son las que encontré en la web, de algunas modelos que creo que tampoco deben de cumplir el tallaje mínimo. (la modelo tísica en sí no estaba, pero había otra en similar estado de pre-hospitalización)







Y mi consejo, para una marca de esta envergadura es que, al igual que se tiene bien cuidado de escoger modelos de todo tipo de razas (asiáticas, africanas, etc..) que exijan también a sus modelos una talla mínima y no contribuyan a la paranoia de la anorexia colectiva.